Ayer por la noche me quedé en casa de una amiga. Aunque parezca que puedo con todo y no tenga mala cara, por dentro estoy quemando. Me llevo todo el día pensando en él, en si me echara de menos, en si pensara en mi, en si me dirá algo...El correo lo miro mil veces al día por si se decide a escribirme y por la noche me quedó mirando el móvil hasta que me duermo. Y por supuesto, es lo primero que miro al despertar.
Ha sido una semana especialmente dura, algunos días hasta con dos exámenes y trabajando...pues duro, la verdad. Y cuando más lo necesitaba, cuando más necesitaba que me dijera: tu puedes!, no está. Sé que yo también me lo puedo decir y que tengo a gente a mi alrededor, pero después de años esperando a que llegaran estas semanas para que se decidiera todo, no tengo su apoyo. Lo he estado pensando, y me duele más esto que cualquier cosa que me haya podido hacer. Me duele su falta de apoyo. Me lo repito una y mil veces, que el no me debe nada y cada uno es libre de hacer lo que quiera. Pero igualmente duele.
Mañana es viernes y teníamos el fin de semana organizado. Si no se pone en contacto conmigo, he decidido que yo tampoco lo haré. Y aunque me llame, siento dentro mio que nunca más podre confiar en él como un apoyo, como un compañero.
Es muy difícil de explicar. Es como algo roto dentro. Me hubiera gustado que las cosas hubieran sido diferentes.